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Del ocaso al resplandor

 

Amante del mundo del motor , de la buena comida y de la belleza de las cosas Arthur lo tuvo bastante complicado desde pequeño. Sus gustos y circunstancias  le llevaron a ser un auténtico desastre. Marcado desde entonces recuerda con cierto resquemor el paso por la peluquería. Enviado por su padre para cortarse el pelo el profesional más cutre del pueblo. -"Ha dicho mi padre que me lo tiene que cortar al máximo"-, titubeaba medio tembloroso. Hasta el pobre hombre se quedaba extrañado en pleno invierno por el look mientras se tocaba su sonotone que por cierto le debía  funcionar fatal porque siempre hacía lo mismo a parte de unos ruiditos que ni la FM cuando pierde la señal. Era pequeño, unos ocho años y tenía una densidad impresionante (lo daba la edad claro) a parte de un sobrepeso más que notable, menos mal que era guapo de cara. Mis ojos se enrojecían al salir de ese antro vislumbrando las risitas que produciría al día siguiente a mis compañeros del colegio con los cuales tampoco tenía mucho problema porque como tenía tantos frentes para que se metieran conmigo ya estaba acostumbrado pero yo me encaraba por lo que también me respetaban. A todos nos han dicho algo, no hay que dramatizar. Con un sentimiento de odio total llegaba a la tienda que mi padre regentaba mientras él mismo me pasaba la mano por el cogote para verificar que el corte había sido ejecutado tal y como había pedido. La mili le marcó (se puso muy contento al decirte que era objetor de conciencia). -"No entiendo el porqué de estos cortes"- le decía , mientras lloraba y al unísono oía -"No si te parece te vas a ir a cortar el pelo cada tres semanas, si pago ese corte es para que dure"- Eran trescientas pesetas.

 

Ya cuando era más mayor a los trece años  me revelé contra esa situación tan absurda, recuerdo cuando llegaba a casa de mi tía Paloma y lo primero que me decía es -"ya te han dejado el pelo como un tonto"- en una epoca en la que tuve que ir al médico por unos clareos que me salieron en un costado, el médico me recetó un antidepresivo que dejé de tomar porque no me sentó del todo bien. Ya dos-tres años después esos clareos avanzaron, parecía que la depresión era más una consecuencia androgénica heredada de mi abuelo materno, calvo desde los 18 años y no es que quiera meterme con la familia pero es lo que hay. Siendo claro de él también heredé otras cualidades las cuales siempre habría aceptado aun sabiendo que tendría que asumir su alopecia como canje. Todo tiene un precio. Tener pelo está muy bien pero no nos da de comer.  Donde esté una buena cabeza que se quite todo. 

 

El hecho de contar la experiencia desde pequeño es más que nada porque cuando ya tuve poder de elección ya era tarde. Mi pelo ya no me daba ningun juego. Estaba hecho un cuadro. En la vida todo tiene su lado positivo y negativo, hay que ir siempre al positivo. Si no fuera por esas dramáticas vivencias no me dedicaría a lo que me dedico. Siempre hay que dar gracias. Pero para mi el pelo era importantísimo ya que al estar bastante pasado de peso sin pelo pasaba a ser CALVO y GORDO, vamos,  Lo que todo el mundo quiere ser. El plan perfecto para triunfar en una sociedad totalmente estereotipada.

 

Posteriormente tomé la finasterida durante años y aguanté el poco pelo que tenía. Fue efectivo pero bajo mi punto de vista es un veneno. Si la tomas y te sientes extraño, ya sea por efectos secundarios o por ligeras molestías a nivel prostático y/o testicular déjala de tomar. Fue una epoca bonita porque el trabajo me fue muy bien al igual que en el amor , eso sí, no me quitaba la gorra nunca. Me quedaba bastante bien. Ahí tenéis una foto, eso sí la gorrita me trajo problemas. Quizás lo sufría en silencio por que no quería hablar abiertamente de ello a nadie.

 

 

 

Año 2003, una de mis gorra y yo.

Luego también está el tema de los efectos colaterales  de no quererme quitar la gorra nunca, a quien lea esto y no sepa de lo que hablo le podría parecer un tarado mental pero quien realmente lo ha sufrido sabe a lo que me refiero, así que el que no lo entienda que deje de cotillear la web! je je je.

 

Pues bien, a parte de no dejarme entrar en discotecas  alguna vez que otra por llevar la gorra yo me ponía muy serio diciendo que por un tema de honor no me la iba a quitar sobre todo para disimular con mis amigos que está claro, sabían que podría tener el problema de alopecia pues nunca me dejé de ver sin ella. 

 

Recuerdo un día que la verdad me puse muy guapo, una chica en la discoteca empezó a hablarme, yo la respondía sin problemas pero había algo que no me acababa de convencer.. el caso que la muy monina a última hora vino donde yo estaba bailando y ni corta ni perezosa me la quitó, imaginaos mi cara... con cuatro pelos mal puestos y aplastados por el sudor y la gorra... le dije que era una idiota a parte de lo fea y estúpida que era con unas voces de loco que también me daban la inmadurez. La mala leche nunca la perdí.

 

Diréis que es un comentario muy poco elegante, pero amigos... la mejor respuesta es un buen ataque. O te haces fuerte o te comen. Mejor cometelo tú. Tenemos alopecia pero ni un pelo de tontos! No puede uno hundirse. La verdad es que me sale automático pues todo el mundo tiene algo, no solo somos nosotros.

 

Pues bien, el colmo llega en un viaje a Paris, un viaje muy bonito que nunca olvidaré, en pareja de amor verdadero o al menos era lo que yo pensaba  en nuestro programa había un espectaculo nocturno para visitar la Follie Bergere, tampoco me emocionaba pero pagado estaba, cual es mi sorpresa que en la cola vi a una chica que  a la gente le decía que se quitara el abrigo y otros accesorios tales como mi gorra? Pues bien, viendo lo que se avecinaba empecé a simular que me estaba poniendo un poco malo y me dijo , -"¿te pasa algo?"- y yo... -"estoy como mareado..."- Pues bien, al ver que la chica me hizo un gesto como de quítate la gorra.. Dije que me iba al Hotel porque me encontraba fatal...  Me quedé sin ver el espectaculo y lo peor: Perdí una experiencia única en la vida porque en ese momento estaba muy bien acompañado no era por el espectáculo está claro.  En la ruptura, me echó en cara que le dejara solo en ese sitio. Me dijo que no tenía ninguna consideración a parte de mil historias  etc etc. Si alguna vez lees esto ya sabes porque me fui, te quise como a nadie pero me daba vergüenza reconocerlo. Lo siento pero nadie es perfecto y tú mucho menos lo único es que yo siempre me quedo con lo positivo y no con lo negativo.

 

Con respecto a demás vivencias os iré contando por aquí o mediante la realización de un blog, me resulta muy aburrido poner los típicos vídeos de como poner el pelo y demás, para eso ya podéis visitar otras webs, nosotros ya sabemos ponerlo y que quede bien pero me parece muy interesante contar vivencias a la hora de llevar una prótesis capilar o tambén anécdotas de otros clientes más que divertidas.

 

Después de la gorra me pasé a las fibras capilares dejando la finasterida. Estaba encantado, las podéis comprar aquí y además creo que tienen el mejor precio de toda España. El problema es que depués de dejar la medicación el pelo que tenía no me duró ni ocho meses por lo que llegó un momento clave. O me rapo o me busco la vida y yo la verdad sea, nunca he tirado la toalla.

 

 

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